Los mayores, los más fuertes ante el Covid
Las personas de edad han sido un ejemplo de fuerza y lucha durante la pandemia
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Los personas mayores de 60 años han demostrado ser un ejemplo de fuerza emocional durante la pandemia. Su experiencia de vida y sus propias historias han sido sus principales aliados a la hora de gestionar una crisis sanitaria que aún perdura. Lo cierto es que según señalan algunos estudios realizados un año después de que comenzara, los mayores se vieron menos afectados emocionalmente que los adultos más jóvenes sobre todo durante el momento más complicado de la pandemia. Esto contrastaría con la idea de que las personas mayores han sido las más vulnerables frente a la covid-19, y no solo desde el punto de vista sanitario.
Según los especialistas en Psicología solemos, erróneamente, tener la idea de que la vejez es una época en la que todo va a peor. Se trataría de una visión estigmatizadora de la vejez, lo que se conoce como edadismo que, en muchas ocasiones, es también asumido por los propios mayores. Pues es una idea que no se corresponde con la realidad.
Con la edad, y es ley de vida, se ralentizan algunas funciones, que se ven deterioradas por el paso del tiempo. Sin embargo otras son mejores porque la experiencia y la madurez se presentan como factores determinantes. Es por ello que las personas mayores son más serenas a la hora de enfrentarse a la incertidumbre y tienen mejores respuestas porque ya poseen patrones a los que recurrir para fijar un plan de acción, algo fundamental en situaciones de crisis como la que estamos viviendo.
Aunque no solo esto ha hecho que nuestros mayores hayan mostrado más fortaleza durante la pandemia. Hay más razones que incluso tienen que ver con la historia reciente de nuestro país. Los más mayores vivieron una situación trágica en la guerra y la posguerra, períodos en los que incluso tuvieron que enfrentarse al hambre o ser testigos de esa realidad. Esas vivencias les han ayudado hoy a gestionar mejor una situación tan delicada.
En nuestro centro, 'Residencia Palacios', hemos garantizado durante todo este tiempo, y seguimos haciéndolo, la seguridad sanitaria y el apoyo emocional necesario para que nuestros mayores no se sientan solos, en ningún momento, en esta lucha que todos libramos contra la Covid-19
Que hayan sido más fuertes no significa que no hayan pasado también miedo. Lo han tenido y mucho. Pero han sido conscientes en todo momento de que debían ser estrictos con las normas y las han cumplido a rajatabla.
Muchos mayores han tenido que hacer frente al aislamiento social y emocional al que todos nos vimos sometidos durante el confinamiento y aún después con tantas limitaciones y restricciones. En las residencias tampoco ha sido fácil. Los familiares no podían visitar a sus mayores y los propios trabajadores hemos sido más que nunca una piña para que siguieran notando ese calor familiar que tanta falta les hace.
También les ha producido inquietud el miedo social al contagio y a sus consecuencias. Pero no solo a las consecuencias sanitarias, también a las económicas. Y es que hay que tener en cuenta que en la anterior crisis económica, la que se originó en 2008, fueron precisamente los mayores los que se convirtieron, en muchos casos, en el principal apoyo económico de sus hijos y nietos.
Pues aún con todas estas vicisitudes y complicaciones la resistencia y la fuerza emocional de nuestros mayores ha sido, sin ninguna duda, ejemplar. Han sabido sobrellevar mejor el confinamiento y los peores momentos de la pandemia, nos han dado una vez más una lección de vida y de resiliencia, y nos han vuelto a enseñar a valorar lo más importante que tenemos: el presente, la salud y la familia. Y lo mejor de todo es que aún nos pueden enseñar muchas más cosas. Disfrutemos de nuestros mayores.
7 de mayo de 2021